No siempre que una persona coloca la parte final de las extremidades superiores sobre el escroto está testificando.
Este hecho realizado fuera de la deposición ante un funcionario judicial es de mal gusto según los cánones del protocolo común.
El problema planteado por Fenareth es curioso, sobre todo si nos remontamos a la época romana, cicerone consule, oración de ablativo absoluto, siendo consul Ciceron o sea hace mucho, me temo que en aquella época la mujer no tenía derecho a testificar al menos en el sentido de la palabra.
Menos mal que ahora se jura por nuestro honor, que siendo algo etereo nadie sabe si lo tenemos o no.
Un Saludo, lo juro por el frigorífico.
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