Fallece Haro Tecglen, un periodista «raro y rojo»

[marcoszorrilla]

El escritor y articulista Eduardo Haro Tecglen falleció en la madrugada de ayer a los 81 años en una clínica madrileña. Él se definió a sí mismo como un periodista «raro, enamoradizo y republicano» y ante todo «rojo». No habrá ceremonias fúnebres.
Conocido por sus artículos en el diario El País y sus críticas teatrales, Haro Tecglen (Pozuelo de Alarcón, 30 de junio de 1924), era diplomado por la Escuela Oficial de Periodismo desde 1943.

A los 14 años, quizá influido por su padre, Eduardo Haro, subdirector de La Libertad, comenzó a ejercer la profesión en la sección de deportes del diario Informaciones, donde permaneció hasta 1945.

Mientras cumplía el servicio militar en Tetuán, en 1946, dirigió la emisora de onda corta local, fue corresponsal de la Agencia Efe y redactor jefe del Diario de Africa.

Más tarde fue redactor jefe, crítico literario y corresponsal en París de Informaciones entre los años 1957 y 1960, y este último año comenzó a colaborar con El Correo Español-El Pueblo Vasco, también en la capital francesa.

A lo largo de su trayectoria profesional, tiempo durante el que ha firmado con los seudónimos de Pozuelo, Juan Aldebarán y Pablo Berbén, ha trabajado para Marca y Tajo; fue director de El Sol de España (Málaga) y del diario España de Tánger, en 1967, y subdirector de la revista Triunfo entre 1968-1980.

En 1974 fue nombrado director de Tiempo de Historia, cargo en el que permaneció hasta 1978. También colaboró en Testimonio en 1975 y dirigió el semanario de emigrantes españoles en Europa, llamado España-París.

A principios de 1983 asumió la dirección de Radio Exterior de España, cargo del que dimitió a los dos meses, después de haber realizado un organigrama y diseñado un plan de programas para esta emisora, y desde 1978 era crítico de teatro, columnista y editorialista de El País.

Entre los galardones con los que contaba, figuran el Premio de Periodismo Derechos Humanos, concedido por la Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDHE) en noviembre de 1991; el 22 de enero de 1992 recibió el premio Javier Bueno de la Asociación de la Prensa de Madrid a la mejor labor especializada de toda una vida profesional»; en 1992 fue distinguido con el IX Premio de Periodismo Francisco Cerecedo, que otorga la Asociación de Periodistas Europeos, y en 1998 obtuvo el «Andrés Ferret».


Aficionado a hurgar en las conciencias

«Ni un solo día de su vida ha dejado de escribir, de decir lo que pensaba, de denunciar la injusticia, de mostrar el otro lado del espejo o de levantar la alfombra para ver que se escondía debajo», asegura su esposa, Concha Barral, en el 'blog' que el periodista mantenía en internet.

Crítico. Haro Tecglen es autor de Diccionario Político, editado en abril de 1995, año en el que inició su colaboración en el informativo de Radio Nacional El Ojo Crítico, comentando cada lunes diversos aspectos de la actualidad cultural.

Ensayista. Como escritor centró su obra en el ensayo, con títulos como Biografía de Mao Tse Tung (1970), La sociedad de consumo (1973), ¡Qué estafa!: memorias y notas de un tiempo difícil (1993) o La guerra de Nueva York (2001).

Sus memorias. Levantó una gran polvareda en 1996 con sus memorias, tituladas El niño republicano, que le valieron críticas de ciertos sectores de la prensa, que le echaron en cara su pasado ligado al régimen. En particular, le recordaron su oda a José Antonio, Dies irae, que él justificó diciendo que «tenía que comer».

Articulista. En 1997 publicó el libro Cien Días, recopilación de artículos publicados en El País. Ya en 1998 escribió la segunda parte de sus memorias, Hijo del Siglo.

Condecorado. El 28 de junio de 2004, dos días antes de la celebración de su 80 cumpleaños, el periodista y escritor fue protagonista de un homenaje en el Círculo de Bellas Artes, donde recibió la «Medalla de Oro», el más alto galardón de la institución, por representar «esa voz crítica y molesta imprescindible en nuestra sociedad», según expresó el presidente del Círculo de Bellas Artes, Juan Miguel Hernández de León. Haro estaba divorciado y era padre de seis hijos, tres de ellos ya fallecidos.

Comprometido. La secretaria de Cultura del PSOE, Carme Chacón, expresó ayer su pesar por la muerte del periodista y escritor, quien «ha sido un gran ejemplo de intelectual comprometido con la justicia y los problemas sociales». Chacón agregó en un comunicado que «Haro deja una obra que va a ser testimonio de una época, de una manera de sentir el compromiso político y de una actitud ética a la hora de juzgar lo que ocurría a su alrededor».



Deceso

El escritor murió a las 03.30 de ayer por una arritmia severa irreversible en el Hospital Clínico de Madrid, donde ingresó en coma el lunes después de una parada cardiaca mientras comía en un restaurante de la calle Ballesta, en la capital. Según explica en la web su esposa, Concha Barral, Haro había dejado escrito el artículo que tenía previsto publicar al día siguiente en El País.



Donación

Los restos mortales de Haro Tecglen fueron donados a la ciencia por expreso deseo del escritor y periodista, por lo que no se celebrará ningún tipo de ceremonia o velatorio, según informa su página web. En su lugar, se celebrará un acto de despedida cuya hora y lugar estaba ayer todavía por confirmar. Su página web no cesa de recibir menajes de admiradores y también de detractores.

Enlace

Un Saludo.

[dec]

Hola,

He leído un solo libro de Eduardo y no pocos artículos suyos. Desde que murió Manuel Vázquez Montalbán, no sé porqué, me veía venir algo así. Claro, era la edad, no es que yo sea adivino ni mucho menos. Es la sensación de que se va cierta generación. Lo he sentido mucho. Sigo su Blog desde hace tiempo, desde que se inició. Esta noche la he pasado viendo fotografías de esta página Web. Todavía no he dormido, ni me preocupa: el tiempo no lo he perdido, estimo.

Pienso adquirir libros sobre la guerra civil española y sobre el franquismo que vino después. Un hombre excepcional Eduardo. Su esposa ha dado la noticia en su Blog acerca de su paro cardíaco: más de mil comentarios a la noticia. Luego sobre su muerte: otros mil comentarios. Y otras tantas páginas se han hecho eco. Lo merecía: se ha ido uno de los grandes, quiero decir, un referente, alguien con quien contar, a quien leer. En fin, no sé qué añadir. No publiqué la noticia yo en esta página Web, pero me alegra que la publicaras tú Marcos.

[marcoszorrilla]

Pues me alegro de haber rendido pleitesía a quién bien se lo tenía merecido y siento que no hayas sido tú David quien hayas insertado la noticia.

Un Saludo.

[dec]

Hola,

En particular, le recordaron su oda a José Antonio, Dies irae, que él justificó diciendo que «tenía que comer».

Y así es la verdad, a todas luces. Su padre, sin ir más lejos, estuvo condenado a muerte; él estuvo rogando a quien sabía que podía ayudar a conmutar la pena de muerte. ¿Qué iba a hacer? ¿Qué harías tú, que esto lees? Es mucho pensar en aquéllos tiempos. Vázquez Montalbán también tuvo a su padre condenado a muerte. Luego él trabajo en un periódico "del régimen", por lo mismo, porque los garbanzos son los garbanzos.

Sin embargo, cuando le propusieron ser "del sindicato", se negó: fue despedido del periódico, pero, hasta ahí llegó él soportando. Qué tiempos... que no se pierda la memoria, y no solamente por aquello que dicen, que, "el pueblo que pierde la memoria de su historia, está condenado a repetirla".

Empezado por Marcos

(...) siento que no hayas sido tú David quien hayas insertado la noticia.

De eso nada, pues no faltaba más Marcos. Baste con sentir la misma noticia.

[marcoszorrilla]

Ya que hablamos de guerra, hambre.... voy a dedicar al finado estos versos tan conocidos:

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
Y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofe y hambrienta

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte
a parte a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de mis flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas...
de almendro de nata te requiero,:
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

(10 de enero de 1936)

Un Saludo.

[dec]

Hola,

No había leído el poema, y no recuerdo el autor, aunque lo sé, por ahí estará, perdido en la memoria, esta que tengo que ni parece memoria ni nada. Lo digo por lo del no perdono. A Manuel Vázquez Montalbán era un lema que le gustaba más que todos... creo que de Margarita Lerken (probablemente el apellido no se escribía así), y que es, "ni olvido, ni perdono".

Y por algo más me "suena" el poema. Ha poco releí El tiempo amarillo, de Fernando Fernán-Gómez y en algún lugar del libro refiere... no, no es en este libro. Creo que es en "El viajo a ninguna parte", o en "Las bicicletas son para el verano". El caso es que se refieren los últimos versos del poema que has citado Marcos, aquello de "que tenemos que hablar de muchas cosas, / compañero del alma, compañero". Casi aseguro que se trata del libro "El viaje a ninguna parte".

Y ya que nos ponemos literarios (si se puede decir así) diré el penúltimo libro que he leído con fruición de un tirón. Son pocas páginas, pero, de verdad que merece la pena una barbaridad. Está considerado como la obra maestra (o una de ellas) de Pío Baroja, me refiero a "El árbol de la ciencia", de muy recomendable lectura.

El último ha sido la relectura de La caverna, de José Saramago. Entre medias otra vez la relectura de Rebelión de las masas, de Ortega y Gasset. Y los antepenúltimos (fuera de relecturas, que es lo que tiene no tener dinero para comprar muchos libros y no hacer por conseguirlos por otros medios, mea culpa) los libros de Stephen Hawkins, "El universo en una cáscara de nuez", "Historia del tiempo" y "Agujeros negros y pequeños universos".

¿Y a qué viene todo esto? Ah, vanidad de vanidades, supongo que algo habrá de ello. Pero recomiendo encarecidamente todos los libros citados. He dicho. Es lo que tiene el lenguaje, que pasa del gusto para convertirse en una necesidad. Puede que un tanto necia, es cierto. No voy a discutir sobre eso ni sobre nada sin haber desayunado antes.