Me uno a lo dicho por Kinobi, pues introducirse en el tálamo de un miembro de un Instituto Armado y además en compañía del cónyuge de éste y ser sorprendido en plena coyunda creo que es más temeridad que locura.
Aunque reconozco que me ha gustado la huida en "pluris naturalibus", es decir calato como dicen nuestros amigos del otro lado del oceano, tuvo que ser emocionante.....
Quizás convendría que nos hicieras un informe más pormenorizado, naturalmente sin lugares, ni nombres, pues quien nos dice que el citado miembro del ignoto por ahora cuerpo armado, no sea programador en tiempo libre y peor aún, programador en Delphi?.
La queratina no es buena compañera, y los celos que provoca peor aún. Así que decidas o no incrementar el detalle de tu relato, ten en cuenta lo dicho en materia de seguridad.
Un Saludo.
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