Por cierto, me ha recordado la historia del sultán de algún lugar de África que visitó USA y quedó impresionado por la silla eléctrica para ejecutar a reos condenados a morir.
Encargó una silla eléctrica de esas para llevársela a su país, una vez allí, los técnicos la instalaron y se encontraron con un problema: olvidaron que en ese país todavía no tenían electricidad.
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