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Ahora que hago memoria... si hubo un juego en tercera persona que me envició: MDK.
Era jodidamente complicado, altas dosis de vicio hicieron que lo pasara, a fuerza bruta pero lo conseguí. Recuerdo que me compré como auto regalo para reyes, hace una buena cantidad de años.
Al tiempo quise probar suerte con MDK II pero no había modo de hacerlo funcionar en mi máquina, y eso que me había asegurado de cumplir con los requisitos. Perdí una buena cantidad de dinero en él, al final tuve que regalarlo.
Junto a MDK también había comprado Frankenstein: A través de los ojos del demonio.
Este último me encantó, por su diseño, su historia. Como dice el título, uno ve exactamente lo que ve el monstruo. Es de aventura. Supuestamente está basado en la historia original de Marry Shelley pero no veo que así sea porque la historia del juego va en otro sentido, con una supuesta visión desde el monstruo.
En ese entonces mi hermano (que es 4 años menor que yo) le tenía miedo, y bueno... era entendible: tenía 9 años, y no se animaba a probarlo.
Yo llegué a la final, con ayuda de la solución lamentablemente ya que me quedé super trabado en una parte pero fallecí a último momento. Eso me dió tal bronca que no se me dió por intentarlo de nuevo. Luego mi hermano ya de más grande, a los 17 decidió terminar lo que empecé.
Otro que compré, en un viaje, fue Earthworm Jim. ¡Este si que era super gracioso! No le agarré demasiado vicio, pero mi hermano si... yo no lograba pasar el tercer nivel, mi hermano le pasó a la final.
Prince of Persia no me agradó demasiado, lo jugué un par de veces en casa de mi tía.
A mi el que me gustaba, bien de chico, era Aladdin. Justo el año pasado mi hermana lo descargó, lo jugaba pero se aburría. Yo le dije "préstame, te voy a enseñar". Y pum, en menos de lo cuenta un gallo, ya estaba en la final... parece que a este no le había perdido la mano.
Otro para niños que también jugué era Lion King, fácil de pasar.
Al que si recuerdo con mucho cariño era el Libro de la Selva, ¡que buen juego!
A Tarzan también le agarré cierto gusto... ¡a mis 17 años!
Que tiempos aquellos...
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