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Para disipar dudas, puesto que queda en entredicho la integridad de mis músculos esfínteres, tengo que aclarar que en un ejercicio de imaginación he tratado de describir a un recluso cometiendo el grave error de agacharse en la ducha, según las películas, novelas y lo que por ahí se oye es un craso error adoptar dicha postura en un recinto penitenciario, pero aclaro solamente se trata de un circunloquio de mi imaginación, puesto que afortunadamente no he estado nunca en un recinto como el que estamos mentando.
Otrosí digo mi experiencia en estas lides no es exigua sino inexistente, por lo tanto y en conclusión si alguno ha tenido la desgracia de haber sufrido este tipo de experiencias y piensa que mi digresión teórica sobre las "gracia y desgracias del ojo del culo", que diría Quevedo, no se ajusta a la realidad, le emplazo para que rectifique lo que fuere menester.
No obstante sus señorías con su superior criterio resolverán.
Dios Guarde a SS. muchos anos.
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