Eso de "ni a gatas paso", me recuerde una anécdota de mi abuela materna, que en una ocasión iba el día del "Carmen", en que se celebra la "Misa de los marineros" a dicho evento y como antes todo se hacia andando o no se hacía, pues se le ocurrió pasar la ría por el puente de las vías del tren, le entró miedo y se puso a gatear, pero al llegar a la mitad del puente no pudo soportarlo y se volvió hacia atrás.
La pobre tenía un conocimiento muy exiguo de las matemáticas y más siendo viuda desde muy joven.
Como todos habréis calculado sin mucho esfuerzo la misma distancia había para terminar de pasar el puente que para volverse atrás, pero en su descargo diré que también el asno de Buridán puesto en un punto equidistante de dos pilas de heno de igual sabrosura no fue capaz de decidirse y murió de inanición.
Un Saludo desde un punto equidistante del principio y final de un puente que los lugareños llaman mitad.
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