Un hipermercado de Cantabria tendrá que vender por 370 euros una "caseta" de jardín de 80 metros cuadrados para satisfacer a un cliente que no se conformó con su explicación de que existía un error en los folletos publicitarios, sino que presentó una demanda y ahora ha logrado que un juez le dé la razón.
El cliente acudió en abril de 2006 a la tienda de Makro en la localidad de Maliaño a comprar un producto que aparecía en un folleto promocional: una caseta de jardín de PVC de diez por ocho metros, cuyo precio era de 370 euros.
El comercio le contestó que no podía venderle semejante caseta por ese precio, porque, debido a un error, se había puesto en las dimensiones la abreviatura "m.", de metros, cuando las medidas reales eran de diez por ocho "pies"; es decir, 3,05 por 2,44 metros.
Pero el cliente no se conformó con esa explicación y demandó a Makro. Ahora, el Juzgado de Primera Instancia número 1 de Santander considera que este supuesto entra dentro de los casos en los que el contenido del folleto publicitario "se integra en el contrato y produce una legítima expectativa en el adquirente".
"Existió una oferta publicitaria concreta que reunía los elementos esenciales sobre las características del objeto y el precio que debía abonarse para su compra, por lo que desde el instante en que el actor (el comprador) mostró su conformidad, surgió para ambos la obligación de cumplir con el consenso", razona el magistrado José Arsuaga.
El juez añade que, frente al deber de cumplir lo pactado en un contrato, "no son atendibles" los argumentos del comercio de que cometió un error o de que no tiene ese tipo de caseta, de modo que le condena a vender al demandante una caseta de diez por ocho metros por 370 euros.
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