Hola,
Bueno... sin razón, sin razón... ¡cuando lo borré pensaba que tenía por lo menos algo de razón!
La cosa es que no nos conocemos Román. No conocemos las circunstancias de cada uno y puede uno ser proclive a pensar que los demás se mueven en las mismas circunstancias, cuando no es así, estoy seguro.
Odio eterno (si odiar eternamente pudiera) a quienes pudiendo hacer las cosas bien, por vaya usted a saber qué extraños motivos decide hacer las cosas mal. Mi comprensión para el resto de los casos. He dicho.