Han pasado siete años desde mi opinión sobre el tema y, aunque hoy lo explicaría con otras formas, mi convicción de usar los nombres de las tablas en singular se mantiene.
La clave está en que primero se definen las
entidades. Las tablas, clases, formularios, botones y otros son elementos de sistema que pueden representar a esas entidades. Las entidades llevan sus nombres en singular (pluralizarlos no tendría sentido), y supone mayor consistencia propagar esos nombres a lo largo de la aplicación sin alterarlos gramaticalmente. Como bien sabemos, la consistencia dentro de cualquier desarrollo de software es sumamente importante.
Creo que es más fácil adherirse a esta idea una vez entendiendo que las tablas no son el inicio del diseño, sino meros elementos representativos de las entidades que previamente bosquejamos, como lo es también un formulario llamado
fmAlumno, o una clase
TAlumno. Entonces la programación se vuelve un poco más simple, al no involucrar en ella más complejidad de la necesaria (convengamos que una palabra en plural es por lo general una pizca más compleja que su versión en singular).
Saludos.
Al González.