Holaaaaa, de nuevo.
Muy bonita Cuenca, fui hace un tiempo de acampada por allí y visité casi todo lo visitable. Me gustó mucho. También conozco Asturias, estuve trabajando en Oviedo hace unos 10 años, y me encontré con la gente más acogedora y cariñosa del mundo.
En realidad no es que esta situación suponga para mí un problema, al contrario, estoy más que encantada con las amistades nuevas que he ido haciendo este último año. Es solamente que me preocupa encerrarme en mi propio (en nuestro propio) mundo de bits & chips, y llegar a perder el interés en otras aficiones que también me importan. Por poner un ejemplo, hace dos meses llevé a mi hijo a un cumpleaños de un compañero de su clase, ahí estaban todas las mamás hablando de cuestiones domésticas, la mayoría de ellas se dedican en exclusiva al cuidado de su familia y a llevar su casa (que ya es bastante). Dos años antes en la misma fecha, yo estaba cambiando mi vida, de estar como ellas pasé a tener que trabajar y replantearme mi vida (separación matrimonial, es evidente, ¿no?). Volví a mi trabajo de siempre, esta vez sin seguro ni derechos a nada y me planteé lo de estudiar de nuevo y buscar una salida mejor.
Pues bien, de pronto me sentí desubicada, no encontraba ninguna motivación en las conversaciones que se planteaban, así que saqué de mi mochila el manual de Herbert Schildt de C++ y me puse a leer. De pronto se acercó un chico y me preguntó por el libro, me dijo que también era su autor favorito, en fín, que terminé pasando la tarde conversando con él sobre punteros y lo pasé muy bien.
No es que sea preocupante, pero sí que me ha sorprendido mi propia actitud. De todos modos, creo que debería ampliar mis horizontes, tal vez esto me sucede por la 'novedad' y mis ansias de aprender y saber, por eso preguntaba si es algo pasajero o como dicen la malas lenguas
inherente a la informática. Por cierto, también se dice que los programadores terminan un poco 'grillados'. Eso, al menos, espero que no sea cierto.....
Saludos y gracias por tus respuestas, Kinobi.
Santana