Creo que PepeLolo se deja llevar por el entusiasmo y el reto, ya que así lo deja ver su post. Desgraciadamente los negocios no van de la mano con los retos. Antes de decir SI a un cliente que pide lo que menciona, primero se analiza si se puede hacerlo (con todo lo que conlleve: no dormir, subcontratar personal, rentar equipos, etc.) si de acuerdo a nuestros cálculos es posible hacer un presupuesto real y con un sobreprecio por la premura que te forzará a hacer cosas que normalmente no haces. Luego, decirle al cliente que no hay garantías como las que normalmente se darían y por supuesto pedir un anticipo y firmar un contratito donde si por cualquier motivo no pudieras lograrlo, lo único que variará es el precio (por eso se pone un sobreprecio). Normalmente yo lo que hago es darle al cliente mi precio para hacerlo en tiempo "normal" y cuanto le cuesta que lo haga en menor tiempo y con que riesgos se enfrenta y ya que él decida, de manera que si de todos modos le entra ya sabe que de cualquier forma me tendrá que pagar pero obviamente no puedo garantizarle que se termine en el tiempo que el díce.
Hacer las cosas nomás "a ver si puedo" o nomás para darme el gusto de decir "lo hice" es una locura. Eso queda más bien para nuestras épocas de universitarios donde hacíamos desarrollos en 2 días para cubrir las materias y vivíamos 48 hrs pegadas a una pantalla, claro, en ese entonces estábamos aprendiendo. El que aprendió bien sabe que hacer ese tipo de esfuerzos cuesta y que no siempre es posible cumplirlos por mucho que se haga pues hay cosas que de plano son imposibles.
Y finalmente algún día le platiqué a mi terapeuta (hasta donde he llegado) que yo siempre les decía a mis clientes que "todo se puede hacer..." a lo que el me contestó que le estaba dando demasiado poder a mis clientes sobre mi trabajo porque el único que sabe si se puede o no hacer soy yo y no no ellos. Cuanta razón tenía y cuantas consultas futuras me ahorré
