¡Hola a todos!
No creo que permitir la aparición de ventanas emergentes sea un defecto de Internet Explorer (incluso daba por hecho que todos los navegadores lo hacían). Es más bien una característica que, en este caso, fue maliciosamente aprovechada por un grupo de detestables; como cualquier característica que cualquier programa de software (propietario o abierto) puede llegar a exponer en un determinado momento.
Casi —¿puedo llamarte así? —, con todo el respeto y cariño que muchos aquí te tenemos, pienso que adoptas una postura radical al defender el uso del llamado software libre, rayando a veces en el fanatismo. Tened en cuenta que las posturas apasionadas ayudan poco (por no decir nada) a resolver los problemas de fondo. Ciertamente hay un monopolio que no debería existir como tal y un tipo de software al que debería dársele más crédito, pero el camino para que el público reconozca ambas razones no pasa por la constante descalificación de una compañía o de un producto. Ya sabemos lo que sucede con las campañas negativas (al final todos perdemos), ¿por qué no empezar a promover las bondades de Linux y Firefox en lugar de vituperar cada tercer día a lo que ya sabemos que está mal? ¿No crees que sería un mejor mecanismo de enganche?
Señores, lo anterior se aplica a todo en la vida. Por favor dejémonos de posiciones extremas y tengamos el valor de reconocer que no somos dueños de la verdad absoluta y que siempre hay algo (o mucho) de razón en lo que dicen los demás.
Un abrazo emergente.
Al González.