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Las tablets son lo más incómodo que hay. En una época nos quejábamos de lo limitado de los monitores de 14 pulgadas, deseabamos tener uno de 15 (o mejor, uno de 17"). Hoy en día parece que con esos cacharros retrocedemos; algo tan simple como navegar por la web en esos aparatos puede ser una pesadilla por lo incómodo (no sólo por la falta de teclado, sino por las pantallas minúsculas y lo cansador que resultan para la vista); muchos de los que usan eso -y los móviles inteligentes- quizás dentro de unos años pasen a engrosar el club de los miopes que necesitan anteojos.

Las tablets son para usos muy concretos, pero mucha gente se las compra sólo por consumir, porque les entra por los ojos, por ser una moda...y luego las sufren a la hora de usarlas.