¡Hola a todos!
Concuerdo con Román, Eliseo, Xander y Raúl. También hay que decir que no resulta muy útil comparar en este contexto el arte (música, pintura...) con las profesiones (desarrollo de software, arquitectura...). ¿Qué no hay otra profesión más exigente? Tan seguro estoy de ello como que Delphi es el mejor lenguaje de programación. O sea, la afirmación es altamente subjetiva.
Mi hermano menor contrajo varicela durante su servicio social como médico. Estuvo varias semanas sin salir de casa con el rostro hecho una mermelada de costras, y aún así se sentaba a la mesa con su temple de siempre, como si nada ocurriese, y eso sólo para retomar energía y seguir devorando decenas de libros de literatura médica que tenía que aprender para no quedarse atrás en sus estudios y presentar con éxito los siguientes exámenes. Durante su carrera se acostumbró a dormir cuatro horas al día, a ver el dolor de sus pacientes sin que eso le fastidiara el día, a no tener libertad de tiempo. Hoy está felizmente casado, posee una bonita casa de dos plantas y un automóvil. Es destacado en su especialidad, un profesionista que comienza a cosechar los éxitos que sembró con grandes sacrificios.
Él no puede equivocarse y luego corregir el error, como nosotros los programadores. Absolutamente todo le debe salir bien a la primera; eso es una regla no escrita de la profesión médica. Y con todo ello, lleva una vida ordenada, se desconecta cuando sabe que ha llegado el momento de volver a casa y tomar un respiro. Disfruta la vida,
sabe controlar sus pasiones; el promedio del programador no lo hace, somos vicerales con nuestra obra de cada día porque todavía confundimos la creatividad con el arte. Y seamos sinceros, muchos de nosotros le hemos dado poca cabida a otras formas de gozar la existencia.
Desconectarse no es difícil, sólo hay que comenzar a practicarlo.
Termino el comentario diciendo que, para mí, un buen programador es aquel que conoce para qué sirve la función _CopyObject.
Un abrazo impreciso pero reconfortante.
Al González.
