En resumen creo que hay que ser tolerantes más no displicentes.
En general , si una pregunta no me gusta, por la razón que sea, simplemente la omito y sigo adelante. La excepción es cuando quien la escribe muestra un genuino interés de aprender. Si conozco la respuesta se la doy junto con alguna indicación amable.
Lo que sí no tolero, aunque tampoco suelo decir gran cosa, son los que no tienen una palabra de agradecimiento ni se dignan indicar si les sirvió o no la respuesta o quienes te reclaman porque no les sirve (aun cuando muchas veces si les sirve pero no están dispuestos a pensarle tantito al problema).
Claro que a ellos, por lo general no les digo nada, tan sólo omito posteriores preguntas. ¿Para qué molestarse? Qienes pierden son ellos no uno.
// Saludos
|