Cuando vendía software de paga (hecho por mí), cobraba una licencia vitalicia por cliente, así éste fuera
Repsol o
Abarrotes Amparo. Además los precios eran más económicos para clientes de países de menor economía que México.
Traté de hacer ver las bondades de esto, pero el llamado sistema de "libre mercado" (que de libertad tiene realmente poco) obliga a las empresas a competir cada vez con mayor ferocidad, menos escrúpulos y menos tiempo para plantearse cambios de paradigmas.
Así que asqueado me salí del sistema (no sé si temporal o permanentemente, porque todavía creo poder cambiarlo) y ahora sólo acepto "donaciones". Ya no pongo "etiquetas de precio" a mis trabajos. ¿Funciona? Sí; mientras las personas no perdamos nuestra capacidad de agradecimiento.
Un abrazo con canon.
Al González.