|
Ahora mis salidas a compras son cada cuatro días. Empiezan a verse menos personas en la calle, pero todavía es minoría la que guarda distancia y se conduce con precauciones. Descarto volver a comprar carne, pollo o pescado fresco; el refrigerador ya pronto no servirá como tal. El viernes traeré más latas.
Iniciaré abril con cuatro meses de alquiler acumulados. Lejos estoy de mi sueño de comprar este lugar algún día.
El gobierno ya declaró la emergencia nacional, pero es un mero nombre en un papel, en la calle de mi ciudad no se percibe ninguna emergencia. No obstante, los productos más básicos de higiene se agotan en las farmacias, y algunos hospitales ya declaran no estar suficientemente preparados para proteger a su personal. Mientras ciertos amigos en un grupo ajedrecista de WhatsApp siguen desafiando al Diablo, invitando a convivir y echar unas partidas.
Hablando por video con mi hermano, el médico, estima que un 70% de la población mexicana tendrá el virus tarde o temprano. Él está tomando todas las precauciones, y no deja de insistir en que los demás las tomemos para evitar el colapso del sistema sanitario debido a la cantidad de casos graves que al parecer tendremos. Al igual que nuestro vecino del norte, Estados Unidos, este es un país con gran número de obesos, diabéticos e hipertensos.
Comenzaba ya a entrenar a varios alumnos, personas a las que ayudaba a mejorar su condición física. Era un ingreso moderado, pero suficiente para comer. Hace varias semanas que suspendí esa labor; empezaba a notar cierto progreso en ellos, y me hacía feliz verlos tan animados.
Varios gobernadores han dado positivo al COVID-19, el presidente no quiere hacerse la prueba. Es curioso ver cómo uno a uno, los dirigentes políticos de diferentes países terminan doblando las manos ante lo evidente. El nuestro cede lentamente, con cierto temor velado por los que él llama adversarios conservadores. Dice, por otro lado, que no necesitaremos préstamos del exterior para salvar la economía, pero tampoco se han establecido medidas que garanticen el sustento de la vida para las personas que ya se van quedando sin empleo. Son jautos los programas de apoyo anunciados. El fisco sigue invitando a cumplir con la declaración anual de impuestos; que me disculpen, pero este año creo que les voy a fallar, mi chavos de Hacienda.
El clima al momento es de 32 grados, soleado. Que la primavera del hemisferio norte nos traiga UNA buena noticia para el mundo entero. Y que el sur no llegue al invierno sin haberse terminado la pandemia.
Un a b r a z o.
|