¡Hola!
En verdad, muchas gracias por sus parabienes. Aprecio mucho las palabras de todos los que me han apoyado en estos últimos días y felicitado en estas horas a través de diferentes medios. No cabe duda que tengo muy buenos amigos.
Mi estima hacia ustedes es inmejorable.
Dedico este premio de suerte a una persona que puso una luz en mi camino hace casi cinco años, cuando el destino me tenía en otra situación difícil:
Liliana Badillo (no es la misma del relato).
Un abrazo a ella, donde quiera que se encuentre, y gracias a todos por sus muestras de afecto.
Al González.