[santana]

Una mujer estaba sentada en un bar disfrutando de una copa, cuando la puerta del bar se abrió y entró el más guapo hombre que ella jamás hubiera visto.

Era alto, atlético, guapísimo, de cabello oscuro y hermosos ojos verdes. Y cada movimiento suyo era tan sensual y tan masculino que la mujer no pudo dejar de mirarlo.

El hombre se dio cuenta que era objeto de la mirada de la mujer y con una sonrisa muy sugerente se le acercó. Ella, sonrojada, se preparó para excusarse. Pero él se le acercó y le susurró algo al oido.

- Haré cualquier cosa - le susurró con una voz profunda y suave -. Absolutamente cualquier cosa que tú quieras, lo que tu hayas fantaseado, por 100 euros. Sólo con una condición, que me lo pidas con sólo tres palabras.

La mujer lo miró a sus hipnóticos ojos, considerando su proposición, después buscó en su bolso y sacó el dinero. Escribió su dirección en una servilleta, puso el dinero junto con ella y se lo puso a él en su mano.

Después, acercó su rostro al del hombre y le susurró al oído las tres palabras:

- LIMPIA MI CASA.


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