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De manera personal debo reconocer que por mucho tiempo profesé la religión cristiana con mucha dedicación y férrea determinación (aunque poca fe). En esos años ví personas gastar su tiempo y dinero detrás de sanadores y profetas en lugar de hacer algo por ellos mismos y darle un tratamiento serio y profesional a sus problemas de salud y financieros.
En las iglesias cristianas de corte pentecostal (Aquellas que creen en el poder del espíritu santo) adoctrinan a sus miembros para creer en la sanación divina (obvio, si no lo hicieran no tendrían gracia las campañas de sanación) y dan mas valor al "sentir" en una campaña que al concepto médico. Más aún, alguien que prefiere la medicina sobre el poder de la oración podría considerarse como alguien "falto de fé" y sentir la desaprobación de los mas consagrados.
Es justo esa desaprobación (tanto de sus iguales como de aquellos que están en un nivel de espiritualidad mayor) la que causa los grandes males y algunas veces algo parecido al ejemplo que inició este post. En muchas ocasiones los miembros de una comunidad religiosa SI quieren ir a un tratamiento, Si quieren recibir la transfusión, si quieren pagar la consulta con el especialista. Pero prefieren no hacerlo porque no quieren ser desaprobados.
No hay peor cosa para la mayoría de los creyentes cristianos que creer y no tener una congregación con la que creer.
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