Hola Ñuño.
Tú y varios compañeros del foro conocen en cierta medida mi historia como desarrollador. Siempre lo he hecho más por el gusto de aprender y crear que por otra razón, aunque alguna vez tuve que ponerme el traje de empresario para encajar en este sistema que, lejos de otorgar calidad de vida, mantiene estresada a buena parte del mundo.
He vuelvo a ser
agente libre, un tipo a la mitad de su vida con escaso patrimonio material y endeudado como jamás le desearía a nadie, pero eso sí, que disfruta del baloncesto cuando el sol apenas comienza a iluminar la cancha y de las amenas charlas en compañía de su chica sentados en alguna escalinata.
Ñuño, sabes que tomarme un café presencial contigo sería para mí un lujo, pero mientras eso ocurre (y ocurrirá) estaré aquí para departir a distancia cuando así lo desees (incluso si me encuentro jugando baloncesto o saboreando una deliciosa empanada recién horneada en la escalinata de San Agustín).
Un abrazo lento y agradable.
Al González.