Leyendo sus comentarios tengo la impresión (equivocada quizá) de que el SAT ha venido pecando de impericia con esta cuestión de la factura electrónica. De por sí, ya tenía dudas de que fuera posible ponerla en práctica a partir del próximo enero (dado el escaso porcentaje de contribuyentes que siquiera hacen algún tipo de operación electrónica), y ahora con tantos cambios en apariencia apresurados uno se queda estupefacto.
Espero que cuando llegue a mí la necesidad de implementar mecanismos de factura electrónica el terreno sea menos agreste. Mis respetos para quienes hoy no tienen otra opción que entrarle al asunto.