Yo no tengo mascota desde hace muchos años, pero les platico que hace unos meses vi caminar por la calle principal de esta ciudad a un hombre de unos 55 años seguido afanosamente por un simpático borrego esquilado, sin lazo, correa ni nada por el estilo.
Fue la sensación para todos los peatones de la Avenida Madero que se toparon de frente con aquel corderito.
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