Pues vaya, no solamente los domingos como los días que abruman la mente sin dejarnos sumir en pensamientos naturales. Todos los días, los días de la vida en medio de estas ciudades grandes y pequeñas, de noticias e injusticias, de hechos y actitudes, de preguntas sin respuesta y de respuestas sin preguntas, de muchas cosas que no nos gustan, pero que a veces nos atrapan.
Buena lectura la que acabo de hacer. He pensado muchas veces y estoy en la práctica y en la teoría, convencido de que las piedras en el camino son las que nos dan felicidad. Esa palabra de la cual también no estamos seguros de su significado.
Hoy, como muchos otros días no he pensado como antes, pero he sentido que es bueno recomenzar, volver a construir sobre lo ya construido, y también construir cosas nuevas. El sentido de la vida, lo natural renace de vez en cuando un día como hoy. Un domingo quizá, un martes tal vez, o un viernes en soledad.
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...y mañana caminaré por las calles pasando inadvertido, como siempre.
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