Tranquilo Marcelo, tómalo por el lado amable.
Mira que cuando yo tenía 22 años y por azares del destino me hicieron abandonar Turbo Pascal para programar en BBX Progression en una terminal tonta UNIX marrón, sin modo gráfico y sin ratón, fui la persona más feliz del mundo. ¡Todo era tan fácil! Vaya, como jugar al Pack Man; en tres patadas llegabas a los confines del lenguaje y una vez alcanzado este punto, ¡a vivir la vida!
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No como ahora que por querer aprovechar las grandes capacidades de Delphi, nunca termino de perfeccionar las características de mi
framework y todo el tiempo se me va en pruebas e investigaciones, en lugar de hacer lo que dice el cliente y tener una vida más saludable.
Las paradojas de la tecnología, ¿no?
¡Ay que vaciado soy a veces¡ Si fuera mujer me casaría conmigo.
Bien, esos fueron mis cinco minutos de deschongue. Ahora, a seguir trabajando, hay que terminar ese módulo...
Un abrazo paradójico.
Al González.
P.D. Cheché, gracias por la cena de Reyes, lo pasé estupendo. Saludos a la familia.