Muy cierto.
Mis problemas de taquicardias hace seis años se debían principalmente a la falta de sueño y a un bajo peso. Lo peor de todo es que no dormía por la preocupación de morir al conciliar el sueño. Aquello era un verdadero círculo vicioso que sólo el poder curativo del llanto pudo romper.
Un abrazo de corazón.
Al González.