Ver Mensaje Individual
  #1  
Antiguo 19-12-2005
Avatar de Héctor Randolph
[Héctor Randolph] Héctor Randolph is offline
Miembro Premium
 
Registrado: dic 2004
Posts: 882
Reputación: 20
Héctor Randolph Va por buen camino
Lo importante son los resultados.

Había una vez en un pueblo dos hombres que llevaban el mismo nombre, uno era sacerdote y el otro era taxista.

Quiere el destino que los dos mueran el mismo día. Entonces llegan al
cielo en donde les espera San Pedro.

El primero de ellos se presenta:

- ¿Tu nombre?

- Joaquín González

- ¿Tu profesión?

- Taxista

San Pedro consulta su planilla y dice:

- Bueno, te has ganado el paraíso. Te corresponden estas túnicas de seda
con hilo de oro y esta vara de platino con incrustaciones de rubíes. Puedes
pasar.

- Gracias, gracias. . . . . . dice el taxista.

Toca el turno al sacerdote quien había presenciado la entrada de su paisano.

- ¿Tu nombre?

- Joaquín González

- ¿Sacerdote?

- Si


- Muy bien hijo mío. Te has ganado el paraíso. Te corresponde esta bata de
poliéster y esta vara de plástico. El sacerdote, muy sorprendido, le dice:

- Perdón, pero. . . debe haber un error. ¡Yo soy Joaquín González, el sacerdote!

- Si hijo mío, te has ganados el paraíso, te corresponde esa bata y esa vara . . .

-¡No, no puede ser! Yo conozco al otro señor, era un taxista, vivía en mi
pueblo y, ¡era un desastre como taxista! Se subía a las aceras, chocaba
todos los días, una vez se estrello contra una casa, conducía muy mal,
tiraba los postes de alumbrado, se llevaba todo por delante. ¡Y yo me pase
cincuenta años de mi vida predicando todos los domingos en la parroquia!

¿Como puede ser que a él le toque una túnica con hilo de oro y vara de
platino y a mi esto? ¡Debe haber un error!

- No, no es ningún error - dice San Pedro.

Lo que pasa es que aquí en el cielo ha llegado la globalización con sus
nuevos enfoques administrativos. Nosotros ya no hacemos las evaluaciones
como entes.

-¿ Cómo? No entiendo. . .

- Mira, ahora nos manejamos por objetivos y resultados. te voy a explicar
tu caso y lo entenderás enseguida: Durante los últimos cincuenta años, cada
vez que tu predicabas, la gente se dormía; pero cada vez que el taxista
conducía, la gente rezaba y se acordaba de Dios.

Entonces, ¿quien vendía mas nuestros servicios? Nos interesan los resultados, hijo mío.

¡¡Re - sul - ta - dos!!


Responder Con Cita